La “Tribu del Sol” sigue construyendo pasito a pasito sus huertos, con cariño, mimo y mucho esfuerzo compartido. En esta ocasión os contamos cómo los integrantes de la Tribu han llevado a cabo la preparación de camas de cultivo.
¿Camas? sí, hemos dicho camas. Posiblemente esteis acostumbrados a ver los huertos surcados por “caballones” dispuestos en hilera, donde en cada una de ellas plantamos un tipo de verdura u hortaliza. Sin embargo, la “Tribu del Sol” se basa en los principios del maestro Fukuoka, por los cuales realizamos “cultivos asociados”, lo cual consiste en mezclar plantas cuya proximidad redunda en un efecto positivo para todas, teniendo una mejor cosecha y más resistencia a plagas.
Es por ello que para poder realizar cultivos asociados los caballones resulten muy estrechos, siendo necesario disponer de camas de cultivo.
En primer lugar será necesario marcar con estacas la ubicación de las camas, teniendo cuidado en dejar pasillos a ambos lados para poder trabajar cómodamente desde ambas partes de la cama. Para que tengáis una referencia, las camas no pueden tener más de 1,2 metros de ancho, y si se suele trabajar con niños no más de 1 metro de ancho. Para los pasillos como mínimo conviene dejar unos 50 cm.
Una vez delimitado el espacio que dedicaremos a una cama debemos trabajar en ella para preparar la tierra. Con el uso de una pala y una laya, airearemos unos 40 cm de terreno mediante una doble excavación, esto es, introducimos la pala, sacamos unos 20 cm de tierra, posteriormente introducimos la laya y aireamos otros 20 cm.
De ese modo conseguimos que las raíces de las plantas puedan profundizar más sin mucha dificultad. Acabado este trabajo, y para delimitar los pasillos, lo que hacemos es excavar los laterales, dejando la tierra sobre la cama. En este punto añadimos humus ( a razón de 1 Kg por metro cuadrado), el cual nos proporcionará la materia orgánica necesaria para un óptimo desarrollo de las plantas. Así las camas quedarán elevadas con respecto a los pasillos de unos 20 cm, consiguiendo una profundidad total de 60 cm, óptima para todo tipo de cultivos.
Para acabar de preparar la cama, la cubrimos con paja, lo que se suele llamar como “acolchado“, con el que conseguimos varios efectos: por un lado la paja protegerá el suelo, evitando erosión por lluvia, y manteniendo la humedad durante la época más seca, y por otro lado evitaremos la proliferación de hierbas en nuestras camas.
El siguiente trabajo será el de diseñar los cultivos asociados y trasplantar los planteles que ya habíamos preparado,..pero eso os lo contamos en el siguiente post.
¡Feliz día!
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