Jardines xerófilos: ahorro de agua y regeneración de suelo

La proliferación de zonas verdes y  paisajismo urbano acercan la Naturaleza a los espacios urbanos.  Parques y jardines públicos y privados dan un respiro al ciudadano y ofrecen una alternativa al asfalto y al cemento creando puntos de encuentro y de esparcimiento. Y si además son jardines xerófilos, sostenibles medioambientalmente y económicamente mucho mejor. 

jardines xerófilosEl mantenimiento de un jardín tradicional no resulta precisamente barato. Siegas de césped, podas, recortes de setos, tratamientos agro-químicos y principalmente el riego hacen que sean poco sostenibles. Ya que solo el riego del césped se lleva el 70% del agua usada en el jardín y más teniendo en cuenta que mayoritariamente se usa agua potable de la red de abastecimiento. Últimamente se ven cada vez más jardines secos, es decir, combinación de áridos (cantos rodados, gravas, etc.) con suculentas o crasas dando un aspecto paisajismo desértico y recuerdan a los jardines Zen. Pues bien, esta es una de la modalidades de lo que se denominan jardines xerófilos, aunque el término xerófilo es mucho más amplio.

Xerófilo proviene del griego: xero- seco, filo: amigo,  y denomina a todas las plantas, no solo crasas o suculentas, que requieren unas necesidades hídricas bajas. Pensar en plantas de estas características nos lleva a pensar en cactus y géneros parecidos lo que conduce normalmente a la confusión del término. En nuestra bioregión contamos con una gran variedad de plantas xerófilas autóctonas y si a ellas les añadimos plantas del marco mediterráneo entre las que se encuentran especies de Chile, África y incluso Asia y Australia el listado se hace extensísimo. 

 

Con este denominador común encontramos desde herbáceas, arbustivas, arbóreas, suculentas, trepadoras y bulbáceas  y por supuesto las siempre presentes aromáticas en toda la Península Ibérica. Con todas ellas podemos diseñar e implementar interesantes jardines xerófilos de bajo mantenimiento y más bajo consumo de agua  ya que podemos llegar a ahorrar hasta el 75% en el líquido vital.

                                      jardines xerófilos

La xerojardinería es una modalidad de jardinería que comenzó su camino en la década de los 80 en Estados Unidos y poco a poco fue ganando terreno a nivel mundial. En España no se conoció en termino xerófilo hasta los años 90 sobre todo por el primer libro de referencia: “Xerojardinería. Compendios de Horticultura” de Silvia Burés.

Jardín ecológico, diseño consciente

A la hora de diseñar un jardín xerófilo tendemos a imitar los patrones que usa la Naturaleza, creando espacios bellos  de gran diversidad donde no solo tienen cabida las especies vegetales sino  también las animales que  se vuelven aliadas a la vez que les suministramos alimento y refugio. Los xerojardines se mueven por 7  principios básicos: análisis del suelo, selección adecuada de plantas,  zonas prácticas de césped, sistemas eficientes de riego, uso de acolchado y mantenimiento adecuado.

El diseño y planificación es precedido por una observación meticulosa del espacio, teniendo en cuenta orientación, vientos predominantes, pluviometría, zona de climática y características del suelo. El suelo ideal para un jardín xerófilo es  un tipo franco.

Dependiendo de la observación preliminar se eligen las plantas adecuadas diseñando zonas donde se agrupan por requerimientos similares teniendo en cuenta su crecimiento, color y época de la floración, tamaño  y mantenimiento. El césped se limita a los espacios donde tiene un carácter funcional y siempre optando por variedades de bajo consumo de agua.

No basta con elegir especies xerófilas, el riego tiene que estar diseñado de forma eficiente, estudiando las necesidades y las diferentes opciones que ofrece el mercado.  Los mejores riegos son aquellos que se aplican espaciados en el tiempo pero profundos para que permitan la expansión del sistema radicular de la planta  y haciéndola más resistente a las sequías.

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El acolchado o mulching en los jardines xerófilos es una pieza clave el ahorro de agua, evitando que el suelo desnudo se caliente en exceso y evitando la evaporación, y en la regeneración del suelo. Aunque está muy extendido el uso de gravas y arenas en este tipo de jardines resulta más aconsejable y beneficioso el empleo de materia vegetal que con el uso aporte materia orgánica y fomente la aparición de microorganismos. El uso de corteza de pino en el acolchado es otra buena opción ya que su acidez reduce la aparición de hierbas adventicias pero hay que tener cuidado en que plantas se colocan ya que les puede perjudicar más que beneficiarle.

Y por último  el mantenimiento tiene que ser el adecuado para que el jardín se mantenga sano y bello, controlando los tiempos de recortes, podas y sobre todo la fertilización que se reducirá al máximo.

 

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